
La pirosis es una sensación de ardor en la parte superior del sistema digestivo, incluida la faringe. Es uno de los síntomas digestivos más frecuentes en las mujeres embarazadas y puede ocurrir en cualquier momento durante el embarazo.
Los estudios sugieren que más del 50 % de las gestantes experimentan alguna vez pirosis, ardor o acidez durante el embarazo. Puede comenzar a partir del tercer mes de gestación, pero su incidencia es mayor en el tercer trimestre, cuando la presión del útero sobre el estómago es más importante.
Este ardor está causado por la hormona del embarazo, la progesterona, que relaja la musculatura del esfínter esofágico, lo que permite que el ácido del estómago retorne hacia la faringe y, además, ralentiza el vaciado gástrico.
Los síntomas pueden ser frecuentes, intensos y molestos, pero las complicaciones graves son poco habituales.
Para tratar los síntomas leves, hay varias opciones: asesoramiento sobre la dieta, modificación del estilo de vida, fármacos y tratamientos complementarios.
Asesoramiento sobre la dieta
Las comidas deben ser frecuentes y de poco volumen, distribuyendo la alimentación en 5 o 6 tomas.
Evitar alimentos y condimentos que irritan: vinagre, pimienta, frutas cítricas y sus zumos, platos con tomate o salsa de tomate, cereales integrales, etc.
Prescindir de los alimentos que retrasan el vaciado gástrico: bebidas carbonatadas, café, té, chocolate, alimentos o preparaciones grasas, así como las infusiones de menta piperita que relajan el esfínter y favorecen el reflujo.
No utilizar el jengibre para el tratamiento de las náuseas y los vómitos, ya que es uno de sus efectos adversos es la pirosis.
Consumir los líquidos entre las comidas y no durante las mismas con el fin de no aumentar el volumen del estómago.
Aumentar la ingesta de fibra.
Consumir alimentos que calman el ardor, como plátanos o leche desnatada sin excederse.
Modificación del estilo de vida
No conviene acostarse inmediatamente después de comer, es mejor esperar al menos 2 horas.
Hay que evitar la posición de decúbito (recostado o tumbado) después de las comidas, ya que esta posición favorece el reflujo.
Es importante elevar la cabecera de la cama de 10 a 15 centímetros.
No es aconsejable agacharse frecuentemente, en especial después de comer.
No utilizar prendas ajustadas en el abdomen.
No aumentar excesivamente de peso.
No tomar alcohol ni fumar, que además de reducir los síntomas del reflujo, también evita la exposición del feto a sustancias perjudiciales.
Fármacos
Entre los fármacos frecuentes empleados para el tratamiento de la pirosis en el embarazo se incluyen los antiácidos, fármacos que estimulan los músculos del sistema digestivo para evitar que los ácidos permanezcan en el estómago durante demasiado tiempo.
Consulta con tu la matrona antes de iniciar la automedicación.
Tratamientos complementarios
- Masticar chicle estimula la producción de saliva que es un tampón ácido. Además mascar te hace tragar con más frecuencia, lo que empuja a los ácidos de nuevo al estómago.
- La acupuntura mejora la capacidad de dormir y comer y no tiene efectos secundarios.
- La melatonina ayuda a aliviar la acidez, aunque faltan estudios al respecto. Consulta con tu médico o matrona.
Es un cuadro reversible, ya que los síntomas se resuelven una vez que ha nacido el bebé.
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Noelia Renedo Cófreces, matrona del Hospital Santos Reyes, Aranda de Duero